La ermita de Santa María La Antigua engrandece su patrimonio con un nuevo mural restaurado dedicado a La Magdalena.
Hace justamente 20 años, este pequeño tempolo, ermita mudéjar más antigua de la Comunidad de Madrid y declarada Bien de Interés Cultural (BIC), sufrió una de sus mayores restauraciones. Fue en ese año cuando se encontraron en la estructura de madera del coro, ocultos por la tabiquería que formaban la oficina y la vivienda que ocupaban el sotocoro, restos de policromía medieval distribuidos por diferentes partes de esta estructura.
Estas pinturas al temple son hoy, sin duda, uno de los mayores reclamos de esta ermita, sobre todo tras la aparición en 2020 de varias escenas que recreaban la vida de Santa María Magdalena, a quien estuvo dedicado el templo desde el siglo XIII al XVII.
Asimismo, en aquella restauración de 2002 se dio buena cuenta de las diferentes pinturas murales que también acogía la pequeña ermita, datadas también probablemente entre los siglo XIV y XV. Para ello, se hicieron diferentes catas en los muros de la iglesia, con objeto de invetigar acerca de los diferentes recubrimientos y comprobar si existió decoración de pintura mural.
En aquel momento, aparecieron pinturas originales detrás del retablo (que es de época barroca) y en una de las hornacinas. Sin embargo, apenas se limpiaron y consolidaron a la espera de un futuro proyecto de restauración. Pues bien, ese proyecto de restauración llegó y hoy se ha inaugurado el mural de La Magdalena, que se encontraba en un pésimo estado de conservación. Por el momento, habrá que seguir esperando para poder recuperar las pinturas del atrio de Santa María La Antigua, todavía muy deterioradas.
Análisis de la imagen
Desde Carabanchel Historia y Patrimonio señalan que la parte superior del mural localizado en la antigua ermita de La Magdalena no se corresponde con la finura, delicadeza y aspecto con la parte original inferior (es la parte recreada) ni con esos pies tan rústicos-campestres.
“La finura de la arquitectura que enmarca a la imagen, y la crestería de la parte superior, remiten al gótico final del siglo XV”, señalan. Además, “destaca cierto naturalismo en los pies”.
Por la iconografía se podría entender que es la representación de La Magdalena (ya que parece una mujer con el pelo largo y suelto). También es muy original el tratamiento del suelo, “por eso podría decirse que es más del XV” y que parece una traslación de «modelos cultos» por parte de un artista de menor formación o de ámbito más local.
“La parte superior ha sido reintegrada cromáticamente al ser la que peor se ha conservado”, señalan. A falta de poder contemplarla mejor ‘in situ’, todo apunta a que se habría empleado la técnica del rigatino, tal y como recomienda la práctica actual de la conservación.
Muy interesante y precioso!!
Si les sobró algún euro de la restauración… Porfavor… Hechen lo en el cementerio, el acceso de personas en silla de rudas a los nichos de sus familiares es penoso (dirigido a quien corresponda)
Muchas gracias