«En tan solemne ocasión espero de todos cuantos integráis la masa de habitantes de Carabanchel Bajo que os fundáis en afecto con los de la gran urbe, como realmente lo estáis ya en espíritu por los lazos de una antigua e íntima convivencia, a fin de que Madrid os cobije paternalmente como hijos pertenecientes del mismo árbol genealógico que, desde tiempo inmemorial, ostentan también en su escudo el oso y el madroño y proceden, por tanto, de la misma prosapia».
El último alcalde de Carabanchel Bajo, Rufino Goñi, pronunciaba estas palabras en el bando 27 de abril de 1948 y mediante el cual nuestro actual barrio dejaba de ser municipio independiente para anexionarse a Madrid. En estas líneas menciona que en su escudo aparece también el oso y el madroño, lo que hacía a carabancheleros y madrileños ascender del mismo linaje.
Desapareció así para siempre, entre otras cosas, el escudo de Carabanchel Bajo, el cual utilizó su ayuntamiento durante la primera mitad del siglo XX. Se utilizó, al menos, desde 1926, tal y como afirma José María Sánchez Molledo en su libro «Carabanchel, un distrito con historia».
En la parroquia de San Sebastián
El escudo municipal de Carabanchel Bajo es un escudo compuesto de tres cuarteles, dos superiores y uno inferior. En el cuarte superior izquierdo, con fondo rojo, figura el patrón, Santiago Apóstol, a caballo. En el derecho, sobre fondo azul, figura Nuestra Señora de la Antigua; mientras que en el de abajo, un oso, sobre fondo plateado, aparece trepando a un madroño. Cierra el escudo una corona real abierta.
Actualmente, se pueden contemplar las últimas copias, que sepamos, talladas en los dos primeros bancos de la Parroquia de San Sebastián -imagen de la izquierda-. En la «Hoja Municipal de Carabanchel Bajo», que se encuentra en la Hemeroteca Nacional, también podemos encontrarlo, en el formato que reproducimos como foto destacada de este artículo. Esta ‘hoja municipal’ fue un «simpático semanario» fundado en 1926 por Leandro Teresa Negro, que fue alcalde de Carabanchel Bajo.
Reflejo de la historia de Carabanchel
Los elementos típicos que solían aparecer en los escudos municipales de la zona de Madrid durante esa época incluían símbolos relacionados con la historia local o leyendas del municipio; representaciones de la geografía o características naturales del área; referencias a santos patronos o edificios religiosos importantes o elementos que denotaban la actividad económica principal.
En este caso, tal y como recoge Sánchez Molledo, las armas que presenta el escudo de Carabanchel Bajo son un reflejo de la historia del municipio. En primer lugar, la figura ecuestre de Santiago simboliza la lucha de la cruz frente a la media luna que supone la conquista y los orígenes medievales de Carabanchel, incorporado a la Corona de Castilla por Alfonso VI en 1085. La representación del caballo apoyado sobre las patas traseras o rampante transmite fuerza, dinamismo y agresividad, características que reflejan un espíritu combativo y protector.
El cuartel superior derecho lo ocupa Nuestra Señora de la Antigua, que aparece sentada según los cánones de la iconografía medieval. Es una muestra, como afirma Sánchez Molledo, de la devoción a la Virgen del pueblo de Carabanchel, especialmente desde que en el siglo XVIII se convirtiera en titular de la antigua ermita de La Magdalena, hoy de Nuestra Señora de la Antigua.
Por último, en el cuartel inferior, el oso y el madroño, incorporado al escudo de Carabanchel Bajo por la atracción que en todo momento de su historia ejerce la villa de Madrid sobre el municipio. Tras la incorporación a Madrid en 1948, el escudo de Madrid, con el oso y el madroño, es el único emblema de ambos Carabancheles.
